Las personas con trastornos de salud mental enfrentan desafíos únicos en su vida diaria, y cuando se trata de mantener relaciones de pareja, estos desafíos pueden intensificarse. Sin embargo, la posibilidad de tener una relación amorosa y funcional no está fuera de su alcance, siempre y cuando se sigan los pasos necesarios para el manejo adecuado de su salud emocional y mental. Al igual que cualquier persona, quienes tienen problemas de salud mental también merecen experimentar el amor, la compañía y las emociones que surgen de una relación, pero requieren un enfoque consciente y una gestión adecuada de su salud mental para que la relación sea estable y saludable.
La importancia del seguimiento psicológico y psiquiátrico
Uno de los aspectos fundamentales para que una persona con trastornos de salud mental pueda llevar una relación de pareja es contar con un seguimiento constante de un profesional de la salud mental. Ya sea con un psicólogo o un psiquiatra, el acompañamiento es crucial para aprender a manejar las emociones y comportamientos que pueden surgir debido a los trastornos. Como mencionó uno de los especialistas en un programa reciente, la clave está en el diagnóstico y el tratamiento adecuado, ya que no solo se trata de comprender la naturaleza del trastorno, sino también de trabajar en las herramientas necesarias para mejorar el comportamiento y las relaciones interpersonales.
En el caso de una persona diagnosticada con un trastorno de personalidad emocionalmente inestable, por ejemplo, el especialista explica cómo ciertas áreas del cerebro pueden no funcionar de manera óptima, lo que lleva a pensamientos rígidos y dificultades para gestionar las emociones, como el miedo al rechazo o la impulsividad. Estas características pueden interferir en una relación, ya que la persona afectada podría aferrarse a pensamientos obsesivos o actuar de manera impulsiva, afectando a la otra persona de forma negativa.
El rol del apoyo familiar y la terapia conjunta
La familia juega un papel fundamental en el proceso de recuperación y adaptación de la persona con trastornos de salud mental. Como se mencionó en una de las intervenciones del programa, es importante que los familiares también reciban terapia y educación sobre cómo manejar la situación. Muchas veces, los familiares se sienten desbordados y no saben cómo actuar o cómo brindar el apoyo adecuado, lo que puede generar frustración y afectar la dinámica de la relación.
En el caso que se presenta en el programa, una madre expresa su preocupación por el comportamiento de su hijo, quien tiene un diagnóstico de trastorno emocional. Al principio, la madre se siente atacada y confundida, ya que no sabe cómo manejar la situación. Sin embargo, al recibir orientación profesional, ella se da cuenta de que la situación no solo afecta a su hijo, sino también a su relación con él. Es fundamental que los padres y las parejas busquen ayuda conjunta, pues el trabajo en equipo entre la persona afectada y su familia o pareja es esencial para un tratamiento efectivo. La participación de los familiares en el proceso terapéutico no solo beneficia a la persona con el trastorno, sino que también proporciona una mejor comprensión y herramientas para todos los involucrados.
El riesgo de la codependencia y el acompañamiento adecuado
Es importante mencionar que, en algunas relaciones, especialmente cuando uno de los miembros tiene un trastorno de salud mental, pueden surgir dinámicas de codependencia, donde la persona afectada depende excesivamente de la otra. Esto puede hacer que las relaciones sean insostenibles a largo plazo si no se manejan correctamente. Los profesionales de la salud mental pueden ayudar a la pareja a reconocer estos patrones y enseñarles a establecer límites saludables.
Un ejemplo de esto se muestra en el caso de una mujer llamada Marisol, quien se ve afectada por el comportamiento obsesivo y el acoso de su pareja, Sergio, quien tiene un trastorno emocional. A pesar de que Sergio puede no ser plenamente consciente de la magnitud de sus acciones, Marisol se siente acosada por las constantes llamadas y mensajes que recibe de él. En este contexto, la terapeuta aclara que este comportamiento es una manifestación del trastorno de Sergio, pero también advierte que este tipo de actos pueden ser clasificados como acoso. Si la situación se vuelve más grave, Marisol tiene derecho a presentar una denuncia para protegerse, aunque es probable que las medidas cautelares sean las únicas disponibles en este caso, ya que el trastorno emocional de Sergio es un factor que complica la situación.
Cómo ayudar a un ser querido con un trastorno emocional
El acompañamiento a personas con trastornos emocionales no se limita solo a la persona afectada, sino también a sus seres queridos. En el caso de Marisol, la madre de Sergio se enfrenta a la difícil tarea de lidiar con la situación, y es crucial que reciba el apoyo adecuado para poder gestionar sus emociones y brindar el acompañamiento necesario. La terapia conjunta, que incluya tanto a la persona afectada como a sus familiares, puede ser una solución efectiva, ya que permite comprender las dinámicas de la relación y cómo estas pueden ser alteradas por el trastorno emocional.
Es esencial que la pareja, los padres y los amigos se comprometan con el proceso de apoyo, lo que incluye aprender a establecer límites saludables, apoyar a la persona en su tratamiento y, sobre todo, ser pacientes y comprensivos. En muchos casos, una intervención temprana y un tratamiento adecuado pueden hacer una gran diferencia en la calidad de la relación y la vida de la persona afectada.
Conclusión: La posibilidad de una relación saludable
En resumen, una persona con trastornos de salud mental ciertamente puede tener una relación de pareja funcional y amorosa, siempre y cuando reciba el tratamiento adecuado y se trabajen las emociones y conductas asociadas al trastorno. Sin embargo, es crucial que la persona y su entorno familiar estén dispuestos a comprometerse con el proceso de tratamiento y a buscar el apoyo de profesionales para garantizar una relación saludable y estable. El amor, al igual que cualquier otra emoción humana, puede ser vivido por todos, independientemente de su salud mental, pero debe ser gestionado de manera consciente y responsable para evitar que los trastornos interfieran en la calidad de vida y en la relación de pareja.